La felicidad, el
erotismo y la literatura
(ensayos
1944-1961)
Georges Bataille
Lo sagrado es un retorno al silencio de la muerte
Al persistir, ese más no tiene nada en común con una fuerza; y es fácil
comprender el hecho de que los seres humanos no se comunican profundamente cuando
un trabajo o una búsqueda penosa lo reúne, sino cuando se vuelven hacia esa
parte soberana en ellos, que no está subordinada a nada-es puro desinterés, y
los coloca al borde de la destrucción.
Nacida de la decadencia del mundo sagrado, que moría con esplendores
mendaces y tiernos, la literatura moderna en su origen parece incluso más de
cercana a la muerte que ese mundo decaído. Esa apariencia es engañosa. Pero es
grave en condiciones agobiantes sentirse por sí solo la “sal de la tierra”. El
escritor moderno no puede estar en relación con la sociedad productiva más que
exigiéndole una reserva donde el principio de utilidad ya no reine, aunque sí
abiertamente la desmentida de la “significación”, el sinsentido de lo que en
principio se ofrece a la mente como una coherencia acabada, la apelación a una
sensibilidad sin contenido discernible, a una emoción tan intensa que le deja a
la explicación el lado irrisorio.
Ese juego de insecto-loco del pensamiento, arrojado a la noche de la
voluptuosidad, la atraviesa con inmensos fulgores donde no reconoceremos nada
de los formulado anteriormente (sino finalmente lo que sabíamos):
La voluptuosidad es la
muerte en miniatura, el nacimiento lo es en grande, y la vida de punta a punta.
(cita de Malcom de Chazal)
La voluptuosidad convierte
la médula espinal en un solo dedo capaz de acariciar el cerebro desde adentro.
(cita de Malcom de Chazal)
La voluptuosidad en efecto no puede ser definida como una categoría lógica.
En el mismo momento en que se habla sobre ella, la impotencia del lenguaje es
irrisoria. En otros puntos, la poesía libera una verdad diferente a la que
parece ligada a la voluptuosidad: es entonces simplemente poesía. La
voluptuosidad no es la poesía. La poesía solamente tiene la capacidad que me
falta, hace que no me demore más (aunque no abunde, existe) en expresar la
felicidad. La literatura es habitualmente tan desafortunada, se esconde de la
simplicidad de la alegría a través de tantos desvíos, que verdaderamente me
siento impulsado a leer en los poemas de Rimbaud (aunque su camino fuera incierto)
estas frases donde la animalidad feliz es recobrada…
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