El régimen sexo-género binario es al cuerpo humano lo
que el mapa es al territorio: un entramado político que define órganos,
funciones y usos. Un marco cognitivo que establece fronteras entre lo normal y
lo patológico. Del mismo modo que los países africanos fueron inventados por
los acuerdos coloniales de los imperios decimonónicos, la forma y la función de
nuestros órganos así llamados sexuales fueron el resultado de los acuerdos de
la comunidad científica estadounidense del periodo de la Guerra Fría y de sus
intentos por mantener los privilegios patriarcales y la organización social de
la reproducción heterosexual.
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