viernes, 16 de octubre de 2020

Naturaleza Modena

 

Es con alegría pero también con remordimiento, que recuerdo mi primer jardín en Hordle. Estaba conformado por varias macetas pequeñas que ocupaban un espacio en unos 12 pies por 8, delimitado en torno al perímetro sur del jardín de la vieja cocina, que nos había dado como tarea. Cada verano en el día de los Discursos, se elegían los mejores.

Mi jardín era un asunto sencillo, en el que plantaba en filas rectas distintas anuales para cultivarlas con ostentosa perfección: aliso, agerato, aciano, cestillo de plata, lobelia, arañuela y nemesia… Este jardín me servía de modelo para mi libro de dibujos, y si el destino hubiere resultado distinto, estoy segura de que hoy sería un jardinero profesional, y no un entusiasta amateur.



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