Ángel de Paul de Klee
Muchas veces fui
el
ángel de Paul Klee
en la escalera
profunda. Huérfano.
donde otra luz no
llega
que veladuras de
quinqué
quemadas
vidrieras de mariposas
atrapadas o la
vibración
de una abeja que
perdió el rumbo
tal vez.
Muchas veces fui
el
ángel de Paul
Klee y sobresaltada
mi pecho un dolor
de espinas
abiertas en
penumbra. Escuchaba
la voz de otro
ángel
el ángel púrpura
(el ángel
de los andrajos
que reparte
ungüento a los
desamparados).
Entonces mi dolor
asomaba
girasol se volvía a atenuar
y suspendía mis
horas
Y no sabía que
sabía
que toda piedad
es triste.
y no sabía si
arrojarme
a los callejones
sin fin
o quedarme aquí
en
el escalón
azorado donde
Paul Klee me
había pintado.
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